En muchas ocasiones llevar a cabo una idea, un cambio en los modos de trabajo o en las relaciones con los pacientes y familias requiere un apoyo técnico.
La voluntad de cambio es primordial, pero plasmarla en el día a día y hacerla viable en el tiempo requiere esfuerzos por parte de todos los estamentos involucrados.
Un ejemplo son las cada vez mas demandadas “puertas abiertas” en los servicios de neonatología, cuya base principal son los cuidados centrados en el desarrollo del niño y la familia.
Nos encontramos con la tesitura de que enfermería es la principal valedora, impulsora y ejecutora de este cambio en la manera de entender los cuidados en neonatos pero que a su vez debe llevarlos a cabo en unidades que carecen de las condiciones adecuadas.
Malas distribuciones de espacio, aparataje que entorpece el trabajo, familiares que “estorban” y falta de material adecuado pueden truncar un proyecto iniciado con la mayor ilusión.
El ejemplo del vídeo que ilustra este post es una idea de como la tecnología puede ser “amable” y una aliada para profesionales, familias y gestores sanitarios.
Empezar la casa por el tejado no suele ser buena idea, postergar los proyectos hasta que todo esté perfecto quizás no sea efectivo, pero en el término medio está la virtud.
Si existen posibilidades técnicas, de formación y de reestructuración física de unidades, que cuenten con la asesoría real del personal sanitario, deben tenerse en cuenta y considerarlas a la hora de llevar a cabo un nuevo proyecto que conlleve un cambio en el modelo de trabajo y de ofrecer cuidados de enfermería